miércoles, 7 de marzo de 2018

Ambos estaban en la cama. Su abrazo la rodeaba protectoramente y ella se acurrucaba a su lado para que pudiera sentirla cerca.
El dormía y ella observaba.
Lo odiaba.
Le queria con locura, pero lo odiaba con la misma intensidad abrasadora.
No porque el fuera un hombre malo, no porque la hubiera lastimado o herido, simplemente porque el la hacía considerar opciones que ella en su corazón deseaba, pero que por cordura ella misma no se lo permitía.
Eran lujos que no podia costear, y aun así el lograba hacerlos ver cómo si estuvieran al alcance de cualquiera.

Basta, esto es una tontería.

Se reprendio a si misma por dejarse llevar de algo tan efímero y engañoso.
Se escabullo entre las sábanas huyendo de su abrazo, pero sienosi cuidando que su piel no perdiera el contacto.
Le dió la espalda.
Lo odiaba y eso era definitivo.

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