miércoles, 9 de febrero de 2011

Definitiva mente esperar que las cosas pasen, no las hará menos dolorosas.
En mi caso por ejemplo, lo supe desde el momento en que me diagnosticaron cáncer
lo supe durante cada quimioterapia, incluso lo supe cuando el doctor aseguró que le había ganado a la enfermedad, y lo reitero cuando me informo que el  mal había regresado y ahora solo era cuestión de tiempo para fallecer.
Es increíble como apreciamos la vida cuando estamos a punto de perderla,
cada trago de agua es mas refrescante, a mis labios, que el anterior,
los colores se ven más brillantes,
otros más opacos;
las miradas son más profundas, otras más penetrantes,
los sentimientos y las sensaciones  pueden hacerte sentir que estas más vivo,
o más cercano a la hora que con ansias espero y que duele igual, como si me hubiera tomado por sorpresa.
Mi reacción es distinta, claro que lo es, llevo meses desgatando la emoción,
creo que eso evito que me desmoronara y que mi vida se fuera a pique más rápido de lo ya lo hace.
Mi vida se desvanece con los segundos no dejarlos ir despreciados,
el timepo apremia y la muerte me pisa los talones.

Dejé bajo mi cama, una caja de zapatos algo vieja,
llena de objetos "sin ningun valor" (solo el emocional) cosas
que pude robarle a cada momento,
que hizo mi vida más especial, solo
para poder recordarles;
pero en estas circunstancias, para que laguien más sepaq ue fueron importantes.
Son solo tonterias, pero de tonterias esta hecha mi memoria.

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