martes, 21 de diciembre de 2010

Cae la noche, y un aparte de mi se desvanece en el horizonte,
se mezcla con el ocaso y me dice adiós.
Al igual que el sol,  ella se esconde,
se esconde esperando que la encuentre y la recupere.
No necesito de cartras ni hechizos,
de hiervas o bebedizos para saber que ha huido a tus brazos,
llevándote noticias que el resto de mi ser se muere por verte a los ojos y acunarse en tu pecho.
¿Dónde está el departamento de quejas?
Exijo que arreglen esto!
¿Que a nadie le importa?
Malditos!, dan una vida para dejarla morir de soledad.

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